Por lo general esta situación ocurre en los adultos, pero ya se está observando en los jóvenes y hasta en los niños, quienes con el tiempo empiezan a sufrir de trastornos nutricionales y desórdenes metabólicos.
El establecer y cumplir con los tiempos determinados para la alimentación deben cumplirse, debido a que el metabolismo de nuestro cuerpo funciona acorde con esos horarios.
Consecuencias de no cumplir con los horarios de las comidas
No es suficiente consumir alimentos sanos y nutritivos, es necesario que se mantenga un cronograma de horarios de las comidas. El reloj biológico del cuerpo funciona en un ciclo de 24 horas y es por ello que cuando se establece una rutina, el organismo automáticamente se sincroniza.
Sin embargo, si no tienes un cronograma específico con relación a los horarios de las comidas, comienzas a experimentar un descontrol en las funciones básicas del cuerpo. Aparecen enfermedades del aparato digestivo como la gastritis, diabetes, obesidad por comer en exceso y a deshoras e inclusive, se pueden incrementar los niveles de colesterol y triglicéridos.
Adicionalmente disminuye la capacidad de concentración, se presentan mareos y fatiga y la memoria comienza a fallar.
Manteniendo los horarios de la comida
¿Por qué es importante no saltarse los horarios de las comidas?
Una de las maneras de cumplir con tus horarios de la comida, es elaborar una agenda diaria donde apartes un tiempo determinado para tu alimentación. Tomando en cuenta tus actividades laborales o compromisos familiares, la programación que establezcas no deberá coincidir con ninguna de ellas.
De esta manera podrás disfrutar de tu tiempo de alimentación, para que puedas mantener un peso estable y adecuado y tener más energía para desempeñar tus obligaciones. Los especialistas recomiendan dedicar por lo menos una hora a la alimentación, a fin de que se realice todo el proceso de absorción, digestión y metabolización de la comida.
Pero si tu agenda no te permite tanto tiempo, tómate por lo mínimo 30 minutos para comer. Mastica bien la comida para que tu digestión sea adecuada y absorbas todos los nutrientes.
Consejos para una buena alimentación
3 comidas, 2 meriendas
Normalmente se realizan tres comidas, desayuno, almuerzo y cena, sin embargo, los nutricionistas recomiendan dos meriendas ligeras, una a media mañana y otra a media tarde.
La merienda es considerada importante y no consumirla te hace comer mucho más, tanto en el almuerzo como en la cena. Por supuesto que se trata de meriendas saludables, que contribuyan a aumentar las energías y vitalidad del organismo.
Los horarios de las comidas deben establecerse al levantarnos, ya que no debe pasar más de una hora para ingerir el desayuno. Por lo general el almuerzo puedes tomarlo entre las 12 del mediodía y las 2 de la tarde, según tus obligaciones, mientras que la cena puedes hacerla entre las 7 y las 9 de la noche.
Tomando en cuenta este cronograma, la merienda de la mañana la tomarías a las 9 de la mañana, mientras que la merienda de la tarde, sería a las 5 de la tarde. Sin embargo, si no estás acostumbrada a las meriendas, comienza organizando tu cronograma de las tres comidas y luego incluyes las meriendas.
El desayuno la comida más importante del día
Todos los nutricionistas coinciden en que el desayuno es la comida más importante del día, ya que vienes de un largo periodo de ayuno. Tu organismo necesita recibir una buena dosis de energía, necesaria para iniciar las labores diarias. Es el tiempo ideal para que te prepares un suculento y nutritivo menú, que incluya alimentos ricos en zinc, hierro, calcio y vitaminas.
Por ello debes incluir lácteos, cereales, pan integral y jugo de frutas. También una pequeña dosis de grasa sana e inclusive una buena taza de café para activarte. Y si eres de las personas que no acostumbran a desayunar por falta de apetito, comienza con tomar un alimento rico en proteínas como el huevo o el jamón.
Poco a poco vas agregando ingredientes a tu menú mañanero e irás acostumbrando a tu organismo a recibir el alimento a tempranas horas y comenzarás a cumplir con el horario de las comidas. Hay un dicho popular que aconseja desayunar como un rey, comer como un príncipe y cenar como un mendigo y aunque lo de la cena no te lo recomiendo, si puedes hacer realidad los dos primeros consejos.
Un buen almuerzo activará tus energías
A mitad del día el organismo comienza a necesitar recuperar sus energías. Llegó el momento de consumir un apetitoso y nutritivo almuerzo.
Es importante que incluyas en tu menú proteínas, verduras, legumbres, hortalizas, frutas y productos lácteos. De esta forma estarás consumiendo todos las vitaminas, minerales y nutrientes que necesitas para activarte.
Adicionalmente será un tiempo para descansar tu mente y tu cuerpo, relajarte y compartir con tus compañeros de trabajo o con tu familia.
¡Llegó la hora de cenar!
Y al terminar tu jornada de trabajo, llegas a casa dispuesta a disfrutar de una cena en el agradable ambiente de tu hogar. Si has almorzado bien y merendado a mitad de la tarde, lo recomendable es que tomes una cena liviana, para garantizarte una buena digestión.
Sin embargo, los alimentos a consumir deben ser con las mismas propiedades del almuerzo, es decir proteínas, cereales, verduras, frutas y lácteos. Evita las frituras y toda grasa saturada, el exceso de azúcar, las gaseosas y las bebidas que puedan causarte insomnio.
Una cena equilibrada y saludable, te garantizará un buen sueño y un agradable despertar. Además no correrás el peligro de levantarte a medianoche a picar afectando tu régimen alimenticio.
Comer a deshoras es tan perjudicial como saltar los horarios alimenticios, ya que descontrolamos las funciones del organismo
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